
En muchas empresas se producen variaciones en su producción sin saber cuál es la causa. El principal problema que ocasionan estas variaciones es la falta de previsión y hacen que no seamos capaces de satisfacer la demanda de los clientes a tiempo.
Una opción para poder reducir la variabilidad en los procesos es mediante la eliminación o reducción de los defectos o fallos en la entrega del producto o servicio al cliente. Esto se consigue con el método Six Sigma.
Entendemos por defecto a cualquier circunstancia que hace que el producto o servicio no cumpla con los requisitos que exigidos por el cliente. Este método emplea herramientas estadísticas para estudiar todos los procesos de forma que se reduzca la variabilidad y el número de defectos al mínimo y conseguir que cada uno de los procesos esté dentro de los límites que el cliente ha establecido.
La eficiencia de un determinado proceso puede clasificarse según su nivel de sigma:
1 sigma= 690.000 DPMO (defectos por millón de oportunidades) = 31% de eficiencia
2 sigma= 308.538 DPMO = 69% de eficiencia
3 sigma= 66.807 DPMO = 93,3% de eficiencia
4 sigma= 6.210 DPMO = 99,38% de eficiencia
5 sigma= 233 DPMO = 99,977% de eficiencia
6 sigma= 3,4 DPMO = 99,99966% de eficiencia
Pongamos un ejemplo práctico: Tenemos que producir un tornillo con un diámetro de 6 milímetros, le damos un margen de error de 0,2 milímetros para que el cliente esté satisfecho y tenemos un proceso con una eficiencia de 4 sigma, podemos decir que de cada 100.000 unidades producidas 620 unidades no cumplirán las medidas requeridas.
En cambio si contamos con un proceso con un 6 sigma , de cada 100.000 unidades, 0.34 de ellas no cumplirá con las medidas.
El mejor proceso es el que cuenta con un sigma 6 que es lo que queremos alcanzar con este método. Si conseguimos reducir estas unidades defectuosas, conseguiremos reducir el desperdicio y con ello los costes, produciéndose así un aumento de los beneficios.
El primer paso de este método consiste en definir cuál es el problema y qué costes conlleva para nuestro negocio.
Además debemos sopesar los costes de llevar a cabo el proyecto con los beneficios que nos va a reportar.
Una vez tenemos todo esto planteado, decidimos en qué perímetro vamos a llevar a cabo el proceso y qué equipo de personas van a ser las encargadas del mismo.
Podemos dividir a estas personas en los siguientes grupos:
– Dirección general: la dirección ejecutiva debe implicarse para que el método pueda llevarse a cabo con éxito.
– Six Sigma Champion: son elegidos por la dirección y serán los encargados de liderar y motivar al equipo.
– Líder de proyecto: se encarga de supervisar, apoyar y buscar la financiación y el personal requerido para los proyectos Six Sigma.
– Master Black Belt: normalmente se trata de un consultor externo que se hace responsable de promover unos cambios duraderos en todos y cada uno de los niveles del sistema operativo de la empresa.
– Black Belts o Cinturones Negros: tienen habilidades de gestión y destrezas técnicas. Son los encargados de motivar a su equipo. Transforman el concepto de Six Sigma en realidad. Son los mentores de los cinturones verdes y, por generalmente dedican casi toda su jornada laboral en gestionar los proyectos Six Sigma.
– Green Belts o Cinturones Verdes: son el personal de la empresa que ha sido formado siguiendo la filosofía y métodos Six Sigma y que lo utilizan en su día a día.
– Miembros de los equipos de Proyecto: son el resto de personas de la organización que se ven envueltas en los proyectos de los cinturones verdes y negros y que poco a poco van adaptándose a la filosofía Six Sigma.
– Dueños de los procesos: son los encargados de las áreas o departamentos de la organización en los que se establece el proyecto. Son los encargados de que una vez se concluya el proyecto, perdure en el tiempo.
Cuando ya tenemos todo definido, pasamos a recoger los datos y a analizarlos. Debemos estudiar cuáles son las causas de estas variaciones y cuantificarlas. Con esto queremos estandarizar los procesos.
El siguiente paso es realizar un brainstorming que ayude a la creación de un plan de acción que siga los principios Lean que tienen como pilar principal la reducción y la posible eliminación del desperdicio.
En cuanto a los resultados de los proyectos Six Sigma, podemos decir que se consiguen por dos caminos:
– Por un lado se mejoran las características del producto o servicio, produciendo un incremento de los ingresos
– Y por otro, conseguimos ahorrar los costes gracias a la reducción de fallos y errores además de unos tiempos menores en los procesos.
Como en todos los procesos, es necesario que todos los miembros de la organización trabajen conjuntamente para poder lograrlo y que todos los cambios realizados perduren en el tiempo.
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